miércoles, 31 de diciembre de 2008

¿Qué tipo de incidentes se consideran disruptivos?

Foto editada por tom)º(

"Los profesores no coinciden de forma unitaria al interpretar los incidentes que se consideran disruptivos, al igual que no todos reaccionan de igual forma ante las diferentes provocaciones o actos de indisciplina.

El siguiente listado enumera una serie de conductas consideradas en este sentido por un buen número de profesores en seminarios de formación. Como puede observarse, no todas tienen el mismo grado de conflictividad, si bien todas ellas han de interpretarse ajustadas a un contexto, el aula, y el clima emocional y social que albergue. Sin embargo, casi todas estas conductas pueden ser causa de amonestación verbal e incluso expulsión del aula en un momento determinado. De ahí que muchos de los incidentes de disrupción son incidentes menores que, debido al contexto, se convierten en infracciones importantes del proceso de enseñanza-aprendizaje. También es necesario considerar que es la interpretación y la percepción que el profesor y el conjunto de alumnos atribuyan a dichas conductas lo que, en última instancia, acentuará su relevancia o su pertinencia.

CONDUCTAS DISRUPTIVAS EN EL AULA.

En cuanto a las normas
  • Llegar tarde a clase.
  • Pedir salir al lavabo continuamente.
  • Faltar a clase.
  • Fumar en las aulas.
  • Pintar en las mesas o paredes.
  • Tirar cosas por la clase.
  • Pintar el cuaderno o libro.
  • Llevar indumentaria estrafalaria.
  • Consumir golosinas u otro tipo de comida.
  • Juego de cartas, radiocassettes.
  • Desordenar mobiliario.
  • Juguetear.
  • Comer en clase.
  • Ruidos, gritos en clase.
  • Falta de orden a la salida o entrada a la clase.
En cuanto a la tarea
  • No traer los deberes.
  • Rehusar hacer la tarea en clase.
  • Falta de interés, pasividad e inactividad.
  • No traer libros, cuadernos ni bolígrafos.
  • Preguntar insistentemente con ánimo de retrasar.
  • Hacer otra tarea.
En cuanto al respeto al profesor
  • Hablar cuando habla el profesor.
  • No acatar las órdenes del profesor.
  • Levantarse de su sitio sin permiso.
  • Guardar las cosas antes de tiempo sin permiso.
  • Amenzar a un profesor.
En cuanto a la relación con los compañeros
  • Pelearse con un compañero.
  • Reírse de un compañero o del profesor.
  • Quitar cosas a un compañero.
  • Insultar a un compañero en clase.
  • Dar "collejas" a un compañero o similares.
  • Hacer gestos jocosos.
Este listado es únicamente una síntesis de posibles transgresiones, no cerrado en sí mismo sino abierto a posibles ampliaciones. No todos los profesores incluirían todas estas conductas dentro del apartado de conductas disruptivas, y habría que considerar esta variedad perceptiva cuando un grupo de docentes se enfrenta a este fenómeno. También un profesor extremadamente celoso del orden y las normas de aula puede provocar la escalada de la disrupción al no ser capaz de flexibiliar sus posiciones ante cualquiera de estas conductas. Por el contrario, aquel profesor que muestra falta de asertividad y dificultad en la supervisión de las transgresiones puede provocar un incremento de disrupciones como respuesta de los alumnos.

Desde la óptica del profesor, un alumno que reiteradamente realice una serie de conductas de esta índole y que, tras ser amonestado, mantenga una postura hostil a través de conductas de este tipo se convertirá en un alumno disruptivo. Como hemos mencionado anteriormente, en toda acción disruptiva hay tres agentes: el o los alumnos que incumplen las normas y las expectativas educativas del grupo de aprendizaje, el profesor que atiende a esas conductas y el gruo de alumnos restantes que pueden permanecer ajenos a dichas conductas, o asociarse a ellas e incrementar el nivel de disrupción. la interrelación de todos y las respuestas que mutuamente se atribuyen poryectarán las diferentes interpretaciones de los hechos o incidentes de indisciplina, disruptivos y perturbadores."

FERNÁNDEZ, I.(Coord.) (2007) GUÍA PARA LA CONVIVENCIA EN EL AULA. Bilbao. Editorial Wolters Kluwer (págs. 19 y 21)

viernes, 19 de diciembre de 2008

miércoles, 17 de diciembre de 2008

jueves, 11 de diciembre de 2008

viernes, 28 de noviembre de 2008

sábado, 22 de noviembre de 2008

viernes, 21 de noviembre de 2008

martes, 11 de noviembre de 2008

viernes, 7 de noviembre de 2008

Diseño de Programas Tipo "Experto"

Foto editada por david zgz

¿Qué es un programa "experto"?


"Conjunto de actuaciones planificadas para la consecución de una meta educativa o asistencial dirigida a unos destinatarios o situaciones tipificadas diseñada por un planificador experto cuya aplicación la realizarán otros profesionales.

Esta estrategia para el diseño de programas presenta las siguientes características:

1) El programa es una propuesta técnica de un experto (o grupo de expertos), que la elabora teniendo en cuenta sus conocimientos teóricos o experiencias sobre el problema de que se trate, basándose en su propia interpretación de la realidad.

2) El diseño se realiza para destinatarios o situaciones típicas (vg. estudiantes que ingresan en la universidad, mujeres maltratadas en el ámbito familiar, etc.) de las que se dispone de información sobre sus necesidades o características.

3) La propuesta de intervención representada por el programa queda cerrada cuando el diseñador finaliza su tarea de diseño. Las posibilidades de adaptación a situaciones o necesidades particulares son restringidas y han de realizarla los aplicadores del programa para cada situación.

4) Las responsabilidades del diseñador suelen ser:
- Garantizar la congruencia del programa respecto a las teorías en que se basa y respecto a las necesidades típicas a las que quiere hacer frente.
- Garantizar la viabilidad del diseño, es decir, haber probado que funciona y es aplicable en los contextos y situaciones para las que ha sido diseñado.
- Garantizar la validez del programa para el tratamiento del problema o situación para los que ha sido diseñado, o sea, haber constatado empíricamente que su utilización produce resultados valiosos para los destinatarios del mismo.

5) Los programas diseñados conforme a la estrategia de "experto" responden a un modelo prescriptivo de planificación: el experto es el que dice qué hay que hacer y cómo hacerlo. El experto no suele participar ni en la aplicación ni el seguimiento posterior del programa."

ÁLVAREZ ROJO, V. (Coord.) (2002) DISEÑO Y EVALUACIÓN DE PROGRAMAS. Madrid: Editorial EOS(Págs. 95-96).

viernes, 31 de octubre de 2008

domingo, 26 de octubre de 2008

viernes, 3 de octubre de 2008

jueves, 25 de septiembre de 2008

Juegos de Lógica

Juegos de logica
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Editado por liandola

lunes, 15 de septiembre de 2008

jueves, 11 de septiembre de 2008

Violencia y escuela

Foto editada por Hortensia V.

"Basándonos en la definición que realiza el Seminario de Educación para la Paz (1994:16), la violencia se puede entender como "una actitud o comportamiento que constituye una violación o un arrebato al ser humano de algo que le es esencial como persona (integridad física, psíquica o moral, derechos, libertades....). La violencia puede ser visible o invisible, puede proceder de personas o de instituciones y puede realizarse activa o pasivamente. Además de la violencia directa, existe una violencia estructural, de la que tal vez es más difícil tomar conciencia, pero que es la más cotidiana en nuestra sociedad". Más adelante buscaremos nuevos elementos que ayuden a comprender la naturaleza y los aspectos fundamentales de la violencia.

Según comenta Galtung (1998), la violencia directa -física o psicológica- es seguramente la que más se nota, ya que se manifiesta en conductas. Por violencia cultural se entienden todas las expresiones de la cultura que tienden a legitimar la violencia (machismo, competitividad, xenofobia).

La violencia estructural, para Galtung, tiene que ver con el mantenimiento de una estructura que es violenta en sí misma, ya que no permite satisfacer las necesidades básicas de las personas.

Este enfoque sugiere que hay que lamentar los actos violentos, pero también la cultura que los ha mantenido y potenciado, y las estructuras que los han impulsado y cobijado.

Galtung (1998) plantea un interesante enfoque para organizar la actuación educativa de prevención de la violencia en sus distintas manifestaciones. Plantea que para responder a la violencia directa habría que llevar a cabo un proceso de reconstrucción o reparación, para atender a las partes directamente implicadas en el conflicto estructural subyacente habría que utilizar la estrategia de la resolución. Presentando como un triángulo, propone lo siguiente:

Tras la violencia:
  • Reparación (tras la violencia directa)
  • Reconciliación (de las partes)
  • Resolución (del conflicto subyacente)
Reparación.- Todo conflicto educativo que curse o haya cursado con violencia exigirá, para su adecuada atención educativa, algún tipo de reparación. Ésta se deberá producir después de la destrucción, y consiste en una intervención reparadora de los daños infligidos en distintos niveles: daños a las personas, ya sean individuales o colectivos (postrauma), daños a las estructuras (democratización de las estructuras) y daños a la cultura (desmontar la cultura de la violencia y crear cultura de paz).

Reconciliación.- Galtung (1998:77) define la reconciliación diciendo que es igual a "cierre más curación" . Cierre, en el sentido que no se reabran las hostilidades; y curación, en el sentido de que las personas puedan ser rehabilitadas.

Significa atender a la dimensión humana de los conflictos. También la reconciliación se proyecta al futuro, en el sentido de que abre una trayectoria distinta a la relación. Ese futuro compartido no tiene que contemplarse necesariamente con una visión única, puesto que no hay un solo modo de concretar la reconciliación entre la víctima y el agresor (o victimario). Suele existir una tercera parte, situada en un nivel distinto. Este tercer elemento puede ser, en el caso de un centro educativo, el consejo escolar o aquellas comisiones en las que pueda delegar, como el equipo de mediación del centro (ver Torrego, 2000).

Resolución.- La resolución es la superación de la violencia estructural. Los procedimientos de resolución propios de este marco actúan profundizando en la democracia, tratando de resolver sus contradicciones y potenciando la superación de las mismas mediante la transformación creativa y no violenta de los conflictos.

A veces, en situaciones de violencia estructural, puede resultar neesario tensar un conflicto para llegar a su resolución desde un parámetro de cooperación. La confrontación upede ser necesaria para llegar a la fase denominada de "negociación". A menudo se puede llegar a ella si las partes han tomado conciencia de su interdependencia. En esencia, la negociación consiste en que las parates toman conciencia de que es imposible imponer a la otra su voluntad, por lo que deben colaborar y cooperar para alcanzar soluciones a los conflictos."

TORREGO SEIJO, JC. (2007) "Nuevos enfoques de actuación ante el conflicto y los problemas de convivencia escolar". En FERNÁNDEZ GARCÍA, I. (Coord.) GUÍA PARA LA CONVIVENCIA EN EL AULA. Madrid: Ed. Wolters Kluwer. (Págs. 174 -176).

miércoles, 10 de septiembre de 2008

martes, 9 de septiembre de 2008

Guía para la Convivencia en el Aula: Introducción II

Foto editada por Bambo

"Probablemente lo más novedoso de este trabajo sea la introducción del conflicto como elemento generador de procesos positivos y no tanto negativos. Así, incluimos una reflexión sobre los modelos correctivos en uso en los centros escolares en la actualidad proponiendo en el capítulo 8 un modelo que incluye elementos relacionados dentro de las prácticas sancionadoras. En el capítulo 9 se desarrolla un mapa del conflicto que puede ayudar a desmenuzar los elementos siempre presentes en todo conflicto del ser humano.

A continuación describimos brevemente el conjunto de temas que se desarrollan, todos ellos son un conjunto de buenas prácticas sustentadas en marcos teóricos que intentan dar respuesta a las mismas preguntas:
  • ¿Cuáles son los elementos clave para analizar esta problemática?
  • ¿Qué se puede hacer ante los problemas de disrupción en el aula?
Capítulo 1.- ¿Qué entendemos por disrupción? Dada la complejidad del término y el carácter interactivo del fenómeno, se analizan los agentes que entran en conflicto y los diferentes papeles que pueden desarrollar. Se incluye un breve análisis de las causas de dicho fenómeno desde la perspectiva del profesor y la implicación que conlleva desde la intervención educativa.

Capítulo 2.- Al reencuentro de la motivación. Este capítulo esta centrado en un trabajo individual al enseñar a leer a un alumno de Educación Primaria. A través del proceso se van dando las claves para que Axel reencuentre la motivación para seguir aprendiendo. Se incluyen expresiones originales del propio niño que aclaran los procesos internos que se están produciendo en él, al ganar confianza en sí mismo e interés por la tarea.

Capítulo 3.- Aprendizaje y convivencia en Educación Infantil y Primaria. Profesores conscientes, profesores competentes. Se recoge un proceso de reflexión llevado a cabo por un claustro de profesores de un centro de Primaria sobre cómo trabajar conjuntamente los factores que inciden en la convivencia y clima de aula. Se revisan las propuestas de aprendizaje y de convivencia que los propios profesionales consideran necesarias para mejorar la escuela.

Capítulo 4.- Implicando al alumnado en el establecimiento de normas de clase: normas consensuadas, normas aceptadas. Se aborda la cogestión de las normas de aula como elemento clave de participación e implicación del alumnado en la toma de decisiones sobre la convivencia en un centro escolar. Cada fase y paso en el proceso de producción de normas, tanto para profesores como para alumnos, es explicada incorporando un ejemplo práctico en un área en un IES.

Capítulo 5.- El clima de aula: ¿cómo influyen las habilidades sociales de alumnos y profesores? Los alumnos han de sentirse satisfechos consigo mismos al aprender, lo que supone que la autoestima y el sentido de grupo han de ser trabajados como condición previa al aprendizaje. La empatía es una de las capacidades requeridas tanto para la amistad como para la tolerancia y la comprensión del otro. Estos dos requisitos para un buen clima de grupo y aula favorecen la adquisición de habilidades sociales y especialmente las habilidades de comunicación sobre las que se asientan el diálogo y el respeto al otro. Todas estas destrezas se pueden trabajar en el día a día y se sugieren pautas específicas para trabajar tanto en el alumnado como en el profesorado.

Capítulo 6.- Enseñar y aprender a sentir en el centro educativo: una responsabilidad compartida. Las emociones son un factor relevante en el establecimiento de unas relaciones interpersonales satisfactorias y en el logro académico. Esto implica considerar un mayor grado de sensibilización emocional en la enseñanza e incorporar determinadas estrategias y procedimientos en la práctica docente habitual. Un planteamiento educativo que integre los aspectos emocionales, sociales y cognitivos debe considerar a todos los alumnos y no sólo a aquellos que presenten problemas de comportamiento.

Capítulo 7.- El profesor en el aula: ¿cómo mejorar la práctica docente? Se aborda la interacción profesor-alumno y se enumeran los factores claves de la gestión del aula. Se centra en la gestión eficaz del profesor al impartir la clase y las estrategias verbales, no verbales, punitivas y de motivación y de motivación que utilizan los profesores para abordar las situaciones de disrupción. También se aportan una serie de indicadores de conductas, acciones y actitudes que los profesores mantienen al dar una clase satisfactoria.

Capítulo 8.- Nuevos enfoques de actuación ante el conflicto y los problemas de convivencia escolar. La escuela, la violencia y la convivencia son conceptos íntimamente ligados entre sí. El triángulo de Galtung sobre violencia incluyen la reparación, resolución y reconciliación como elementos clave para un proceso de tratamiento de los conflictos. Desde esta perspectiva se desarrolla un modelo integrador punitivo/relacional en la que se satisfagan las necesidades de la víctima y del agresor en los incidentes de disciplina en los centros escolares e incluyen la reparación del daño además de la mejora de la relación interpersonal.

Capítulo 9.- Los conflictos según el profesorado: qué son y cómo resolverlos. Fruto de un estudio efectuado en tres IES de una gran urbe española, la autora analia la percepción de los profesores frente a ellos, aportando datos y concepciones básicas del proceso, explica cómo se pueden tratar los conflictos más allá de las medidas correctoras e introduce elementos de negociación y mediación como estrategias válidas y posibles de llevar a cabo en el medio escolar."

FERNÁNDEZ GARCÍA, I (Coord.) (2007) INTRODUCCIÓN. En GUÍA PARA LA CONVIVENCIA EN EL AULA. Madrid: Wolters Kluwer. (Págs. 13-14).

lunes, 8 de septiembre de 2008

Guía para la Convivencia en el Aula: Introducción I.

Foto editada por Bambo

"Querer hacer bien la tarea pero no poder o no saber hacerla es una sensación que se está dando repetidamente en nuestros centros escolares. Pero este síntoma no lo padecen sólo alumnos, sino también los propios profesores. La tarea se ha complicado en las últimas décadas para el profesorado, especialmente de Secundaria, que se queja de importantes dificultades a la hora de dar clase y de desarrollar el proceso de enseñanza-aprendizaje. También hay una creciente sensación de falta de motivación hacia la escuela por parte de los alumnos, lo cual repercute tanto en su rendimiento académico como en su bienestar personal.

Los motivos son diversos y algunos querrían adjudicárselo al nuevo currículum, pero la realidad impera y nos muestra muchos condicionantes en la sociedad y en los propios centros como para interpretar los problemas partiendo de una única causa. El fracaso escolar de los alumnos es a la vez el fracaso de la propia institución, del equipo de profesores por el que transcurrió dicho alumno y de la sociedad en general. Hay que preguntarse, por tanto, ¿qué está ocurriendo en las aulas para que en todo el territorio español los profesores se quejen de la falta de motivación, interés, malas formas y agresividad que manifiesta un número significativo de alumnos.

Ante esta situación, un grupo de profesionales de la educación en activo se ha planteado lo que puede aportar la práctica docente para mejorar la calidad del clima de aula. En definitiva, este libro es un paso hacia adelante al plantear el problema de la "indisciplina en el aula", o lo que hemos denominado "disrupción", desde la propia práctica y justificándolo desde diferentes enfoques teóricos.

El esfuerzo ha sido grande, en la medida en que supone un intento de poner por escrito lo que hacemos con nuestros alumnos o lo que pueden hacer otros grupos de profesores. Todos los capítulos intentan aportar una visión positiva del tratamiento del conflicto en el aula desde la necesidad de revisar la práctica docente, además de llevar a cabo una serie de posibles actuaciones encaminadas a mejorar las relaciones en el aula y el interés y motivación, tanto del profesorado como del alumnado.

En varios capítulos se han introducido de forma intencionada una serie de instrumentos o indicadores que ayuden a concretar aquello que se argumenta. Creemos que estos cuestionarios, indicadores, fases a desarrollar, puntos sobre los que reflexionar, sugerencias, son una de las mejores aportaciones de este libro. El profesor puede comprender, a través de ellos, los aspectos claves que se están tratando, además de obtener instrumentos claros para analizar, intervenir o prevenir la problemática del aula. Todos los instrumentos han sido validados en la práctica docente o en cursos de formación y son reflejo, en muchos casos, de un largo proceso de elaboración.

Los capítulos abordan temáticas diferentes y han sido elaborados por distintos autores. El conjunto de todos ellos ofrece una panorámica general de los factores escolares que hay que tener en cuenta para realizar un análisis general de los factores escolares que hay que tener en cuenta para realizar un análisis amplio del problema. Se han quedado en el tintero muchos otros factores de especial relevancia, si bien nos han interesado destacar y trabajar aquellos aspectos de la propia escuela que todo claustro de profesores puede asumir como tema de debate y de intervención.

Este enfoque no impide, sino más bien al contrario, facilita la incorporación en el PEC del trabajo con las familias y con otros agentes sociales del entorno (educadores de calle, asistentes sociales, etc), puesto que es indudable que la escuela está inmersa en un contexto social al cual debe y tiene que acudir. Sin embargo, el profesor actual a menudo se encuentra solo ante los problemas de disciplina y por este motivo hemos comenzado por presentar estrategias y reflexiones muy cercanas a la tarea en el aula que pueden ser comprendidos e incorporadas con facilidad en la práctica docente.

Aunque la disrupción es percibida como tal a partir de primero de la ESO, mientras que en Primaria se percibe agresividad o malas relaciones entre compañeros y no tanto el desafío a la autoridad y a los modos de hacer de la escuela, hemos considerado oportuno incorporar el trabajo en Primaria como elemento preventivo y beneficioso para abordar tanto los problemas individuales de los alumnos como el trabajo de planificación y mejora de la metodología de aula, que sin duda repercutirá en la mejora del proceso de enseñanza y aprendizaje del conjunto del alumnado. Así, se incluyen en el capítulo 2, acerca de la motivación y la atención individualizada a alumnos con dificultades académicas, y el capítulo 3, en el que se desarrolla el trabajo desde el equipo de profesores que, tras la reflexión y el análisis, toma decisiones sobre el conjunto de factores que ellos mismos determinan como claves para la mejora de los procesos de aula. La importancia de una buena adaptación al medio escolar de los alumnos en Primaria e Infantil, añadida a un proceso de enseñanza-aprendizaje satisfactorio, se comprende desde su consideración como antídotos para posteriores fracasos en la Educación Secundaria Obligatoria. Por ello hay que valorar la importancia de trabajar desde muy pequeños el tema que nos preocupa.

Se ha tenido en cuenta al profesorado, especialmente al de Secundaria, que manifiesta un constante desasosiego e intranquilidad en el aula. Por una parte se plantean las posibles causas que lo originan, a qué aspectos de la profesión afectan y cómo entiende el conflicto dicho colectivo, y por otro lado planteamos qué pautas o reflexiones existen en la literatura y en la práctica docente que pueden aliviar y dar ideas a la hora de realizar la tarea de enseñanza-aprendizaje. También incorporamos procesos para dar cohesión y coherencia al grupo clase, junto con la participación en la toda de decisions por parte del alumnado, sugiriendo el trabajo de aula como acutación básica de intervención preventiva.

Otro tema que hemos intentado desmenuzar con cierto cuidado ha sido cómo mejorar la interacción alumno-profesor y cómo incluir en la práctica docente los elementos emocionales y las desatrezas necesarias para crear un clima socio-afectivo positivo en el aula. Las habilidades sociales sustentadas en un desarrollo emocional satisfactorio para todos son esenciales al trabajar la autoestima y la capacidad empática de los miembros de la clase. Estar a gusto, saber actuar con respeto hacia el otro, tener en cuenta al otro en su singularidad y considerar las emociones son elementos prioritarios para percibir a cada individuo del sistema escolar como "persona" y poder tener una relación intrepresonal en la que se valore, po encima de otros condicionantes, "la importancia de cada individuo".

FERNÁNDEZ GARCÍA, I (Coord.) (2007) INTRODUCCIÓN. En GUÍA PARA LA CONVIVENCIA EN EL AULA. Madrid: Wolters Kluwer. (Págs. 11 - 12).

viernes, 5 de septiembre de 2008

viernes, 29 de agosto de 2008

Scribd Tutorial

Scribd Tutorial
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Editado por sacra07

lunes, 25 de agosto de 2008

Intervención psicopedagógica: Ámbito académico.

Foto editada por Ludita

"En este ámbito se incluyen todas las acciones orientadoras desarrolladas dentro de la educación formal en todos sus niveles (Educación Infantil, Primaria, Secundaria, Bachillerato, Universidad y Formación Profesional), también vamos a incluir las acciones dirigidas al colectivo que se está formando en los centros de Educación de Personas Adultas, ya que si bien no forman parte de la estructuración de las enseñanzas de régimen general, se han considerado aquí por su regulación como parte del sistema educativo (Art. 51 de la LOGSE). Igualmente, vamos a incluir a la familia por la relación que se establece y mantiene desde el ámbito educativo, mas concretamente con el centro educativo, con la finalidad de optimizar el proceso educativo, facilitando las relaciones familia-escuela.

Los objetivos y contenidos de este ámbito, van a estar diversificados en función del nivel educativo en el que se desarrolle la acción, estamos ante el contexto mas tradicional y clásico de la acción psicopedagógica y social. Desde este ámbito, la acción se va a centrar en la orientación de los procesos de enseñanza/aprendizaje, en las dificultades de aprendizaje, los procesos de toma de decisiones, los programas de transición, la atención a la diversidad, los programas preventivos,...y todo ello, teniendo en cuenta el desarrollo integral de la persona.

Desde el sistema educativo actual, esta acción se va a manifestar a través de los tres niveles de intervención u organización propuestos por el modelo que contempla la LOGSE, nos referimos a la Función Tutorial, el Departamento de Orientación y los Equipos Interdisciplinares de Sector, integrándose dicha acción psicopedagógica en el proceso educativo con una doble finalidad, por una parte para que ésta sea eficaz y por otra permitir el cambio y dinamización social, estamos infiriendo en este contexto concreto a un cambio educativo como por ejemplo evitar el fracaso escolar, prevenir las dificultades de aprendizaje, favorecer los procesos de toma de decisiones,....

A partir de estas consideraciones previas, podemos enumerar como dos, las razones por las que queda justificada la acción psicopedagógica y social en los diferentes niveles educativos:
  • Por el propio sentido de la eduación en estas etapas (formación desarrollo integral de la persona).
  • Por su estructuración (transiciones de etapa y ciclos, optatividad, opcionalidad....).
Y todo ello, enmarcado en el proceso evolutivo del desarrollo personal y en un contexto donde el valor que se otorga a la educación y mas concretamente al sistema de enseñanza, está mediatizado por una serie de condicionantes sociales.

En este sentido, debemos contemplar desde este ámbito, que las características del sistema educativo van a quedar mediatizadas por los cambios estructurales acontecidos en dicho sistema educativo, tal y como han señalado recientemente Álvarez González y Rodríguez Espinar (2000), destacando los siguientes:
  • La prolongación de la escolaridad obligatoria.
  • La diversificación de la oferta educativa postsecundaria.
  • La implantanción de nuevas formas de aprendizaje en base a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
  • El liderazgo de la institución escolar vs. el conformismo, anonimato y mandato administrativo por delegación.
  • Mayores exigencias sociales como p.e. evaluación de programas y servicios educativos, afrontar el reto de la credibilidad de los profesionales de la educación.
Igualmente, la actual estructuración del sistema y la forma en que se está desarrollando, provoca una serie de problemas que, unidos a la esencia de la orientación, como aspecto de la educación integral, justifican la necesidad de llevar a cabo intervenciones o acciones psicopedagógicas y sociales a lo largo de la vida académica, entre las que señala:
  • El incremento de fracaso escolar/académico y el número importante de alumnos que abandonan prematuramente el sistema educativo.
  • La separación entre sistema educativo-sistema productivo.
  • La necesidad y dificultad para tomar decisiones, para construir el propio itinerario formativo.
  • Las numerosas transiciones que se realizan dentro del sistema educativo, implicando un desarrollo de la capacidad de adaptación".
ÁLVAREZ ROJO, V. (Coord.) (2002) DISEÑO Y EVALUACIÓN DE PROGRAMAS. Madrid: Editorial EOS. (Págs. 15 - 17).

jueves, 21 de agosto de 2008

miércoles, 20 de agosto de 2008

Ética y Valores

Etica Y Valores Unidad I
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Editado por AnaLaura

martes, 19 de agosto de 2008

jueves, 14 de agosto de 2008

Las habilidades sociales

Foto editada por ms4jah

"Toda habilidad social es un comportamiento o tipo de pensamiento que lleva a resolver una situación social de manera efectiva, es decir, aceptable para el propio sujeto y para el contexto social en que está. Así, las habilidades sociales han sido vistas como comportamientos o pensamientos que son instrumentales para resolver conflictos, situaciones o tareas sociales.

Las diversas definiciones de habilidades sociales han puesto de relieve que estos comportamientos, que son valorados y reforzados socialmente, influyen además beneficiosamente en el desarrollo social a largo plazo. Además proporcionan aceptación y estima por parte de los agentes sociales. Son los agentes sociales los que juzgan si la conducta es o no competente. Esta valoración externa es una garantía de adaptación social y desarrollo de habilidades más potentes. Además proporciona sentimientos de valía y competencia personal, lo cual es también condición saludable para el bienestar y felicidad.

A lo largo de los años cincuenta y sesenta las habilidades sociales se definían como comportamientos observables y concretos; por ejemplo, saber sonreír y mirar a los ojos cuando alguien te habla. Estas habilidades concretas son fácilmente evaluables por un observador, pero resulta claro que sólo son componentes puntuales de otros procesos más complejos que integran la competencia social, y parecen más directamente relacionadas con beneficios inmediatos (por ejemplo que alguien te devuelva la sonrisa) que con efectos a largo plazo en la vida del niño.

Posteriormente, estas habilidades se concibieron como comportamientos más globales, pero también observables y evaluables externamente por sociométricos o cuestionarios; por ejemplo, saber corresponder a un favor recibido, tener muchos amigos, etc., vinculándolas así a la aceptación o popularidad entre iguales, resultado éste sumamente relevante para el desarrollo del niño a largo plazo.

También existen habilidades internas, como pensamientos o sentimientos; por ejemplo, la toma de perspectiva (ponerse en el punto de vista de otro) o la empatía (sentir las emociones que otro siente), que son sólo asequibles a través de la introspección del individuo, por autoinforme.

Hoy la teoría sobre habilidades sociales integra estos diferentes elementos considerando que suponen diversos aspectos situados a distinto nivel (conductual, cognitivo y emocional) de la conducta. En la tabla siguiente podemos ver algunos ejemplos de estas diferencias.

TABLA 1.1
Ejemplos de distintos tipos de habilidades sociales en niños pequeños

HABILIDADES SOCIALES QUE SE MANIFIESTAN EN LA CONDUCTA OBSERVABLE:
  • Mirar a los ojos de quien te habla.
  • Sonreír a quien te mira amistosamente.
  • Saber expresar las emociones.
  • Saludar y devolver un saludo.
  • Comportamientos educados en la mesa.
  • Saber repartir caramelos si tienes muchos.
HABILIDADES SOCIALES CENTRADAS EN LA ACEPTACIÓN DE IGUALES:
  • Saber hacer y mantener amigos.
  • Saber ceder en un conflicto.
  • Dejar que otros niños entren en el juego.
  • Defender a un amigo si le atacan.
HABILIDADES SOCIALES INTERNAS:
  • Saber aplazar un deseo.
  • Ponerse en el punto de vista de otro.
  • Controlar un enfado.
  • Fijarse un objetivo que se desea conseguir.
  • Conocer formas de resolver conflictos sociales.

La lista de habilidades sociales es larga. Todas ellas son relevantes para enseñar o alimentar la competencia social en niños o adolescentes. Sin embargo, existen algunas habilidades que se consideran muy relevantes, centrales en el corazón de la construcción de competencia social. A continuación vamos a hablar de tres habilidades sociales que podrían ser introducidas en el currículo educativo para la infancia y adolescencia: la negociación, la asertividad y el comportamiento prosocial, las cuales se pueden enseñar incluso en la escuela infantil."

TRIANES TORRES, MARIA VICTORIA; MUÑOZ SÁNCHEZ, ÁNGELA MARÍA y JIMÉNEZ HERNÁNDEZ, MANUEL (2007) "LAS RELACIONES SOCIALES EN LA INFANCIA Y EN LA ADOLESCENCIA Y SUS PROBLEMAS." Madrid: Editorial Pirámide. (Págs. 19 a 22)

martes, 12 de agosto de 2008

Ámbitos de intervención y acción social en medios educativos y comunitarios

Foto editada por Claudecf

"No es fácil delimitar los ámbitos de la intervención psicopedagógica. Entendemos por éstos "los diferentes entornos o ambientes donde la persona se desenvuelve a lo largo de su vida y donde se desarrolla la acción psicopedagógica y social", lo que otros autores han denominado contextos o escenarios de la intervención psicopedagógica u orientadora.

Cuando intentamos realizar una clasificación de los mismos, nos encontramos con ciertas dificultades, debido a que se entremezclan diferentes variables, entre las que destacamos, las siguientes:
  • Los espacios o entornos en los que se desarrolla la intervención o acción psicopedagógica-social, por ej. educación formal vs. educación no formal.
  • Las personas destinatarias o usuarias potenciales de la acción, por ej. personas empleadas vs. personas desempleadas.
  • Los procesos a desarrollar en la propia intervención, por ej. toma de decisiones académicas vs. toma de decisiones profesionales.
  • La propia situación de la persona destinataria o usuaria respecto a su desarrollo integral, por ej. conocimiento de sí mismo, exploración, conflicto de roles, ....
Los distintos ámbitos o contextos de intervención y acción social tienen que asumir que la intervención psicopedagógica debe ofrecer una respuesta desde un enfoque sistémico y ecológico, y considerar el desarrollo del individuo como un proceso que se produce en interacción dialéctica con el medio o ambiente, comprendiendo no sólo la influencia del contexto sino también la finalidad en sí misma, es decir, la transformación o cambio social (la dinamización social). Por estas razones la acción psicopedagógica y social comprende estos tres diferentes ámbitos de intervención:
  • El ámbito académico.
  • El ámbito comunitario.
  • El ámbito de las organizaciones.
ÁLVAREZ ROJO, VÍCTOR (2002) (Coord.) DISEÑO Y EVALUACIÓN DE PROGRAMAS. Madrid: EOS. (Págs. 14-15).