domingo, 6 de abril de 2008

El proceso de adquisición del comportamiento social: la socialización

"La preocupación por comprender cómo se adquiere y se desarrolla la conducta social afecta a multitud de profesionales -y muy especialmente a los del área educativa- y es objeto de estudio por parte de muy diversas disciplinas, como la psicología, la etología, la sociobiología, la sociología, la antropología o la pedagogía.

El aprendizaje de esta amplia gama de comportamientos se ve afectado por distintos agentes externos e internos al individuo y, obviamente, no se produce de una forma súbita y repentina, por lo que debemos considerarlo, más bien, como un proceso, al que se coincide en denominar "socialización".

En general, la socialización hace referencia al proceso por el que se adquiere el comportamiento social y por el que el individuo se transforma en un ser social, esto es, en alguien capaz de interactuar con otros.

Eso supone la adquisición e internalización de todas las pautas, creencias y normas del grupo social al que el individuo pertenece, e implica una gran diversidad de conductas y actividades, siendo un proceso que evoluciona conjuntamente con el desarrollo cognitivo del sujeto (Justicia, 1986).

En efecto, ser capaz de relacionarse eficazmente con otros individuos implica, por ejemplo, poder comunicarse con ellos, formar lazos afectivos estables, o participar como un miembro activo en muy diversas comunidades compartiendo sus reglas de actuación.

No obstante, dependiendo de la perspectiva que se adopte, el proceso de socialización sufre algunos matices de conceptualización. Por ejemplo, para los psicólogos, el concepto de socialización se refiere, frecuentemente, a la adquisición de rasgos sociales básicos; para los antropólogos suele implicar la incorporación de la cultura y para los sociólogos alude, más bien, al entrenamiento de los niños para el desempeño de sus futuras funciones sociales.

En realidad, como ya indicaba M. Mead (1963) el fenómeno de socialización implica muy distintos niveles de respuesta organísmica. Por ello, podría distinguirse entre:

- Socialización, como el desarrollo de las formas de conducta social básicas para cada individuo.
- Y Culturización, como el proceso de aprender una cultura en todas sus particularidades.

Wilson (1975, pág. 165) define la socialización como el total de experiencias sociales que alteran el desarrollo del individuo y, a su vez, entiende que dicho proceso abarca tres niveles diferentes:

- La Socialización Morfogenética (por ejemplo, la determinación de la casta).
- El Aprendizaje de comportamientos propios de la especie.
- Y la Culturización.

Por su parte, Handel (1988a, pág. 1) argumenta que la compleja transformación del niño en una persona adulta capaz de funcionar en sociedad se logra a través de muy diversos procesos. Además de la Socialización y de la Culturización intervienen otros tres:

- La Maduración o desarrollo físico (incluyendo la madurez sexual).
- La Individuación, es decir, el proceso por el que un niño se convierte en un individuo particular con características propias y peculiares.
- Y el Desarrollo Cognitivo, o proceso por el que el niño se hace progresivamente más capaz de tratar y procesar informaciones complejas, conceptos y relaciones intelectuales.

En cualquier caso, podríamos concluir que la socialización es un complejo proceso de aprendizaje y desarrollo de rasgos, habilidades, comportamientos y normas sociales que capacitan al individuo para su vida en sociedad. En este sentido, ninguna de las categorías o niveles establecidos por los distintos autores son, en realidad, independientes unos de otros; por el contrario, cada uno de ellos afecta y se ve afectado en algún modo por todos los demás.

De las cinco categorías consideradas por Handel, las relaciones del proceso de socialización con el desarrollo cognitivo y la culturización son bastantes evidentes y obvias:

La socialización y la culturización se configuran como circuitos retroalimentarios entre sí que actuarán de forma paralela y conjunta, lo que nos lleva incluso a considerar que la culturización pueda ser, en realidad, un aspecto intrínseco a la propia socialización. Por su parte, la experiencia social va a enriquecer y favorecer el desarrollo intelectual y, en contrapartida, éste favorecerá también las posibilidades interactivas y una conducta social más compleja.

NAVARRO GUZMÁN, J.I. (Coord.)(1993)EL APRENDIZAJE DE LA SOCIALIZACIÓN EN EL NIÑO: ASPECTOS EVOLUTIVOS. En APRENDIZAJE Y MEMORIA HUMANA. Aspectos básicos y evolutivos.(Págs. 620 - 622)

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